

Fernando Martín Álvarez: Un Breve Interinato al Frente del Real Madrid (2006).
En la rica y apasionante historia del Real Madrid, pocos presidentes han tenido un paso tan efímero como Fernando Martín Álvarez. Su mandato, que abarcó apenas dos meses entre febrero y abril de 2006, se desarrolló en un contexto de crisis institucional tras la inesperada dimisión de Florentino Pérez. A continuación, repasamos la trayectoria de Martín al frente del club blanco, su breve gestión y el impacto de su presidencia interina.
Un Relevo Inesperado Tras la Dimisión de Florentino Pérez.
El 27 de febrero de 2006, Florentino Pérez, presidente del Real Madrid desde el año 2000 y artífice de la era de los "Galácticos", anunció su dimisión irrevocable. La decisión llegó en un momento de turbulencia deportiva, con el equipo eliminado de la Copa del Rey por el Real Zaragoza y tras una dolorosa derrota en la Liga de Campeones ante el Arsenal (0-1 en el Bernabéu, con un gol de Thierry Henry). Pérez, quien reconoció el fracaso del modelo galáctico, argumentó que el club necesitaba un cambio para recuperar su rumbo y señaló a Fernando Martín, vocal de la junta directiva y hombre de su confianza, como su sucesor interino.Fernando Martín Álvarez, nacido el 30 de mayo de 1947 en Trigueros del Valle, Valladolid, era un empresario de éxito en el sector inmobiliario, dueño de Martinsa y accionista de empresas como Unión Fenosa, Telefónica, Banco Santander y BBVA. Licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Valladolid, había acompañado a Pérez en su proyecto madridista desde 1995, formando parte de su candidatura en las elecciones de 2000 y ocupando un rol relevante en la directiva. Su designación como presidente interino, conforme a los estatutos del club, parecía garantizar la continuidad del proyecto de Pérez, pero pronto se enfrentaría a desafíos internos y externos.
Dos Meses de Gestión: Estabilidad en Liga, Fracaso en Europa.
El mandato de Fernando Martín comenzó el 1 de marzo de 2006, con el Real Madrid en una situación delicada. El equipo, dirigido por Juan Ramón López Caro, estaba lejos de la lucha por el título de Liga, que finalmente ganaría el FC Barcelona con una ventaja de doce puntos. Sin embargo, durante los dos meses de Martín al frente, el equipo mostró una notable solidez en el campeonato doméstico, logrando no perder ningún partido de Liga, incluyendo un valioso empate en el Camp Nou ante el Barcelona.A pesar de este rendimiento positivo en la competición local, el gran lunar de su gestión fue la eliminación en la Liga de Campeones. En el partido de vuelta contra el Arsenal, disputado el 8 de marzo de 2006 en el antiguo Highbury, el Real Madrid no pudo remontar el 0-1 de la ida y empató a cero, quedando fuera de la competición. Este resultado marcó el "fin de la era galáctica" para muchos medios internacionales y aumentó la presión sobre Martín, cuya gestión comenzó a ser cuestionada.
Tensiones Internas y la Convocatoria de Elecciones.
A pesar de los resultados aceptables en Liga, la presidencia de Fernando Martín estuvo marcada por crecientes tensiones con la junta directiva y los socios. Su relación con Florentino Pérez, inicialmente cercana, se deterioró rápidamente. Según algunas fuentes, Martín percibió que Pérez intentaba seguir influyendo en el club "con el mando a distancia", lo que generó fricciones. Además, sus declaraciones públicas y decisiones fueron consideradas erráticas por algunos directivos, lo que erosionó su apoyo interno.El punto de inflexión llegó el 26 de abril de 2006, cuando la junta directiva, en contra de la opinión de Martín, decidió convocar elecciones a la presidencia del club. Esta decisión, tomada por unanimidad tras un debate interno, precipitó su dimisión. Martín anunció inicialmente su intención de presentarse a los comicios, pero finalmente desistió, cediendo el cargo de forma interina a Luis Gómez Montejano, un directivo respetado por el madridismo, hasta la celebración de las elecciones el 2 de julio de 2006, que ganó Ramón Calderón.
Legado y Vida Posterior.
El paso de Fernando Martín por la presidencia del Real Madrid fue breve y accidentado, pero dejó algunas notas positivas, como la estabilidad en Liga durante su mandato. Sin embargo, su gestión estuvo limitada por la falta de apoyo interno y el contexto de crisis heredado. Tras abandonar el club, Martín se centró en sus negocios, liderando la fusión de Martinsa con Fadesa en 2007. No obstante, esta operación resultó desastrosa, ya que la empresa entró en concurso de acreedores en 2008, marcando el mayor colapso financiero de la historia de España con una deuda de 7.000 millones de euros.En 2020, Fernando Martín volvió a ser noticia al ser ingresado en estado grave por coronavirus en la UCI del Hospital Puerta de Hierro de Madrid. Afortunadamente, logró superar la enfermedad y fue trasladado a cuidados intermedios, demostrando una vez más su capacidad de resistencia ante la adversidad.
Conclusión.
Fernando Martín Álvarez asumió la presidencia del Real Madrid en un momento de incertidumbre, tras la dimisión de Florentino Pérez en 2006. Su mandato interino, de apenas dos meses, estuvo marcado por una aceptable gestión deportiva en Liga, pero también por la eliminación en Champions y tensiones internas que culminaron en su dimisión. Aunque su paso por el club fue fugaz, su historia refleja los desafíos de liderar una institución tan exigente como el Real Madrid en tiempos de crisis. Su legado, aunque breve, es parte de la compleja narrativa de un club que nunca deja de escribir capítulos memorables.


Florentino Pérez (2000-2006): La primera etapa que marcó la era de los Galácticos.
Florentino Pérez asumió la presidencia del Real Madrid en el año 2000, iniciando una etapa que transformaría al club en un referente mundial tanto en lo deportivo como en lo institucional. Su visión ambiciosa y su estrategia de gestión sentaron las bases de un proyecto que no solo buscaba éxitos en el terreno de juego, sino también consolidar al Real Madrid como una marca global. Esta primera etapa, que se extendió hasta 2006, estuvo marcada por la creación de la célebre "era de los Galácticos", la conquista de títulos importantes y una modernización sin precedentes en la infraestructura del club.
La era de los Galácticos: un sueño hecho realidad.
Uno de los pilares del mandato de Florentino Pérez fue su política de fichajes estrella, conocida como la estrategia de los "Galácticos". Su objetivo era reunir a los mejores jugadores del mundo para construir un equipo imbatible y atractivo para los aficionados. En el verano de 2000, Pérez dio el primer gran golpe al fichar a Luis Figo, quien llegó desde el FC Barcelona en una operación que sacudió el panorama futbolístico. Este traspaso no solo reforzó al equipo, sino que también envió un mensaje claro: el Real Madrid estaba dispuesto a liderar el fútbol mundial.A Figo le siguieron otros nombres legendarios. En 2001, Zinedine Zidane se incorporó al club procedente de la Juventus por una cifra récord, consolidándose como el eje creativo del equipo. Un año después, en 2002, llegó Ronaldo Nazário, el fenómeno brasileño, cuya combinación de potencia, velocidad y gol lo convirtió en una de las mayores atracciones del fútbol mundial. Estas incorporaciones, junto a jugadores como Roberto Carlos, Raúl y Iker Casillas, formaron un plantel de ensueño que combinaba talento, carisma y proyección mediática.El punto álgido de esta era llegó en 2002, cuando el Real Madrid conquistó la novena Copa de Europa en Glasgow. En una final memorable contra el Bayer Leverkusen, un gol antológico de Zidane, con una volea espectacular, aseguró el título y reforzó la mística del club en la competición continental. Además, durante esta etapa, el equipo también logró dos títulos de Liga (2001 y 2003), una Supercopa de Europa (2002), una Copa Intercontinental (2002) y una Supercopa de España (2001), consolidando un palmarés envidiable.
Modernización del club: el legado institucional.
Más allá de los éxitos deportivos, Florentino Pérez destacó por su visión empresarial, que transformó al Real Madrid en una institución moderna y financieramente sólida. Uno de sus proyectos más emblemáticos fue la modernización del Santiago Bernabéu. Durante su mandato, el estadio experimentó mejoras significativas que lo convirtieron en un recinto más cómodo, funcional y atractivo para los aficionados, sentando las bases para futuras renovaciones.Otro hito clave fue la creación de la Ciudad Real Madrid, el centro de entrenamiento de vanguardia ubicado en Valdebebas. Este complejo, inaugurado en 2005, ofreció a los equipos de fútbol y cantera instalaciones de primer nivel, consolidando al club como un referente en la preparación y desarrollo de jugadores. La Ciudad Real Madrid no solo mejoró las condiciones de entrenamiento, sino que también reforzó la imagen de profesionalismo y excelencia del club.Además, Pérez implementó una estrategia de expansión global de la marca Real Madrid. Aprovechando el tirón de los Galácticos, el club fortaleció su presencia internacional, especialmente en mercados como Asia, donde las giras de pretemporada generaron un impacto mediático y económico sin precedentes. Esta visión empresarial permitió al Real Madrid aumentar sus ingresos y consolidarse como uno de los clubes más ricos y reconocidos del mundo.
Desafíos y fin de una etapa.
A pesar de los éxitos, la primera etapa de Florentino Pérez no estuvo exenta de críticas. La política de los Galácticos, aunque espectacular, generó desequilibrios en la plantilla, con un enfoque excesivo en los fichajes estrella en detrimento de la cantera y de roles defensivos. La salida de jugadores clave como Claude Makélélé en 2003 debilitó al equipo, y los últimos años de su mandato estuvieron marcados por una sequía de títulos y cierta inestabilidad deportiva.En febrero de 2006, tras una temporada irregular, Florentino Pérez presentó su dimisión, poniendo fin a su primera etapa como presidente. A pesar de las dificultades finales, su legado es innegable: transformó al Real Madrid en un club global, conquistó títulos memorables y sentó las bases para el futuro éxito institucional y deportivo del equipo.
Un legado imborrable.
La primera etapa de Florentino Pérez (2000-2006) será recordada como un periodo de grandeza, ambición y transformación. La era de los Galácticos no solo trajo éxitos deportivos, sino que también redefinió la identidad del Real Madrid como un club que combina tradición, talento y modernidad. La modernización del Santiago Bernabéu, la creación de la Ciudad Real Madrid y la conquista de la novena Copa de Europa son hitos que marcaron un antes y un después en la historia del club. Florentino Pérez, con su visión audaz, dejó una huella imborrable que sigue siendo parte fundamental del ADN madridista.


Lorenzo Sanz (1995-2000).
Lorenzo Sanz Mancebo (Madrid, 9 de agosto de 1943 - Madrid, 21 de marzo de 2020) fue un empresario y dirigente deportivo español, conocido por ser presidente del Real Madrid entre 1995 y 2000. Su gestión al frente del club marcó una etapa crucial en la historia madridista, caracterizada por la recuperación del prestigio internacional y el fin de una larga sequía en la competición más prestigiosa de clubes, la Copa de Europa (hoy UEFA Champions League). Bajo su liderazgo, el Real Madrid no solo volvió a reinar en Europa, sino que consolidó una base sólida que sentó las bases para futuros éxitos.
Orígenes y llegada a la presidencia.
Lorenzo Sanz, empresario de éxito en los sectores inmobiliario y de la construcción, tenía una larga vinculación con el Real Madrid antes de convertirse en presidente. Socio del club desde joven, su pasión por el equipo blanco lo llevó a involucrarse en la directiva madridista. Antes de asumir la presidencia, ocupó el cargo de vicepresidente durante la etapa de Ramón Mendoza (1985-1995). Tras la dimisión de Mendoza en noviembre de 1995, debido a problemas económicos y tensiones internas, Sanz fue elegido presidente interino y posteriormente ratificado en el cargo tras ganar las elecciones de 1996.Sanz heredó un club en una situación delicada, con una economía frágil y un equipo que, pese a su grandeza histórica, no había logrado conquistar la Copa de Europa desde 1966. Su objetivo era claro: devolver al Real Madrid a la cima del fútbol europeo mientras estabilizaba las finanzas del club.
Sanz heredó un club en una situación delicada, con una economía frágil y un equipo que, pese a su grandeza histórica, no había logrado conquistar la Copa de Europa desde 1966. Su objetivo era claro: devolver al Real Madrid a la cima del fútbol europeo mientras estabilizaba las finanzas del club.
Fichajes estratégicos y visión deportiva.
Una de las grandes virtudes de Lorenzo Sanz como presidente fue su capacidad para identificar y atraer talento que transformaría al equipo. Con un olfato excepcional para los fichajes, trajo al club a jugadores que se convirtieron en leyendas del madridismo. Entre sus incorporaciones más destacadas están:
Roberto Carlos (1996): El lateral brasileño, fichado desde el Inter de Milán, se convirtió en uno de los mejores en su posición, aportando velocidad, potencia y un disparo letal que marcó una era.
Davor Šuker (1996): El delantero croata, proveniente del Sevilla, fue clave con su olfato goleador, especialmente en la Liga 1996-97.
Clarence Seedorf (1996): El centrocampista holandés aportó calidad técnica y versatilidad al mediocampo.
Fernando Redondo (1994, aunque consolidado bajo Sanz): El argentino se convirtió en el eje del equipo, con una elegancia y visión de juego únicas.
Predrag Mijatović (1996): El montenegrino fue el héroe de la Séptima con su gol decisivo en la final de 1998.
Además de los fichajes, Sanz apostó por entrenadores de primer nivel. Durante su mandato, el banquillo madridista estuvo ocupado por figuras como Fabio Capello, quien llevó al equipo a ganar la Liga en 1997 con un estilo pragmático; Jupp Heynckes, artífice de la Séptima Copa de Europa; y Vicente del Bosque, quien asumió el cargo en 1999 y lideró al equipo hacia la Octava. La combinación de un plantel talentoso y entrenadores de élite fue fundamental para los éxitos de la etapa.
Éxitos deportivos: La gloria europea.
El mayor legado de Lorenzo Sanz fue devolver al Real Madrid la gloria en la Copa de Europa, un torneo que el club no ganaba desde 1966, lo que había generado una gran presión entre los aficionados. Bajo su presidencia, el Real Madrid conquistó dos Champions League en un lapso de tres años, un hito que marcó el resurgimiento del club como potencia mundial.
Séptima Copa de Europa (1998): El 20 de mayo de 1998, en el Amsterdam Arena, el Real Madrid derrotó a la Juventus de Turín por 1-0, con un gol de Predrag Mijatović en el minuto 66. Este triunfo rompió una sequía de 32 años y supuso una liberación para el madridismo, que celebró el regreso del club a la cima de Europa. La plantilla, liderada por jugadores como Raúl, Hierro, Redondo y Roberto Carlos, mostró una mezcla de garra y calidad que definió la etapa.
Octava Copa de Europa (2000): El 24 de mayo de 2000, en el Stade de France de París, el Real Madrid goleó 3-0 al Valencia en la primera final de Champions entre equipos del mismo país. Goles de Fernando Morientes, Steve McManaman y Raúl sellaron una victoria contundente, consolidando el dominio europeo del club.
Además de las dos Copas de Europa, el palmarés de Sanz incluyó otros títulos importantes:
Liga Española (1996-97): Bajo la dirección de Fabio Capello, el Real Madrid se impuso en una temporada competida, superando al FC Barcelona.
Supercopa de España (1997): El equipo venció al Barcelona en la final, añadiendo otro trofeo al palmarés.
Copa Intercontinental (1998): Tras la Séptima, el Real Madrid derrotó al Vasco da Gama (2-1) en Tokio, proclamándose campeón del mundo.
Gestión económica y controversias.
A pesar de los éxitos deportivos, la gestión económica de Lorenzo Sanz fue objeto de críticas. Durante su mandato, el club acumuló una deuda significativa, en parte debido a los costosos fichajes y a la necesidad de modernizar las infraestructuras del club, como el estadio Santiago Bernabéu. Aunque Sanz defendía que su gestión había generado ingresos importantes a través de los éxitos deportivos y la proyección internacional del club, las finanzas se convirtieron en un punto débil que sus detractores utilizaron en su contra.Sanz también tuvo que lidiar con tensiones internas y con una afición exigente, que esperaba resultados inmediatos en todas las competiciones. Su estilo directo y su carácter a veces polémico generaron tanto admiradores como críticos dentro del madridismo.
Fin de su mandato y legado.
En las elecciones de julio de 2000, Lorenzo Sanz se presentó a la reelección, pero fue derrotado por Florentino Pérez, quien prometió una revolución con la llegada de los "Galácticos" y la incorporación de estrellas como Luis Figo. La derrota marcó el fin de su etapa como presidente, aunque Sanz siempre defendió su gestión, destacando que dejó un club campeón de Europa y con una plantilla competitiva.Tras su salida, Sanz continuó ligado al fútbol como propietario del Málaga CF entre 2006 y 2010, aunque su paso por el club andaluz no alcanzó el mismo éxito. Falleció el 21 de marzo de 2020 a causa de complicaciones derivadas del COVID-19, dejando un legado imborrable en el Real Madrid.
Un presidente inolvidable.
Lorenzo Sanz es recordado como el hombre que devolvió al Real Madrid la gloria europea tras 32 años de espera. Su visión, valentía y apuesta por el talento transformaron al club en un momento crítico, sentando las bases para la hegemonía que el Real Madrid consolidaría en las décadas posteriores. Para los madridistas, su nombre estará siempre asociado a la Séptima y la Octava, hitos que reafirmaron la grandeza del club más laureado del mundo.


Luis de Carlos (1978-1985).
Luis de Carlos Ortiz, un empresario y abogado español de profundo arraigo madridista, asumió la presidencia del Real Madrid en 1978 tras el fallecimiento de Santiago Bernabéu, el arquitecto del club moderno y una figura casi mítica en la historia del fútbol. Suceder a Bernabéu no era tarea fácil: el club vivía bajo la alargada sombra de un presidente que había transformado al Real Madrid en una institución global, con cinco Copas de Europa y un legado de excelencia. De Carlos, sin embargo, logró capear este desafío con una gestión marcada por la prudencia, la fidelidad a los valores del club y una apuesta decidida por la cantera, sentando las bases para una de las etapas más emblemáticas del madridismo.
Contexto y llegada al cargo.
Luis de Carlos asumió la presidencia en un momento de transición para el fútbol español. La década de 1970 había sido dominada por el Atlético de Madrid y el emergente FC Barcelona, y el Real Madrid necesitaba revitalizarse para mantener su hegemonía. De Carlos, que había sido directivo bajo el mandato de Bernabéu, fue elegido como un candidato de consenso, respaldado por su experiencia y su compromiso con los ideales del club. Su objetivo principal fue preservar el legado de Bernabéu, manteniendo la grandeza del Real Madrid tanto en lo deportivo como en lo institucional.
Logros deportivos.
Durante los siete años de su presidencia (1978-1985), el Real Madrid logró mantenerse como un contendiente de peso en el panorama nacional, aunque las competiciones europeas se mostraron esquivas. Bajo su mandato, el club conquistó:
2 Ligas (1978-79, 1979-80): Estas victorias consolidaron al Real Madrid como el equipo dominante en España en los albores de la década de 1980, con un estilo de juego competitivo y una plantilla que combinaba experiencia y juventud.
2 Copas del Rey (1980, 1982): Estos títulos reforzaron el prestigio del club en competiciones de eliminación directa, destacando la final de 1980 contra el Castilla, el equipo filial, en un hecho histórico.
1 Copa de la Liga (1985): Un torneo efímero pero que el Real Madrid supo aprovechar, sumando otro trofeo a sus vitrinas.
1 Supercopa de España (1982): Un título adicional que reflejaba la competitividad del equipo.
A pesar de estos logros, la ausencia de una Copa de Europa fue una espina para De Carlos, ya que el club no pudo replicar los éxitos continentales de la era Bernabéu. Sin embargo, su presidencia se caracterizó por sentar las bases para el futuro, especialmente a través de la cantera.
La Quinta del Buitre y el legado de la cantera.
Uno de los mayores legados de Luis de Carlos fue su apuesta por los jóvenes talentos de la cantera madridista, un pilar del club desde los tiempos de Bernabéu. Durante su mandato, comenzó a gestarse la legendaria Quinta del Buitre, un grupo de jugadores formados en La Fábrica que marcaría una época en el fútbol español. Emilio Butragueño, Míchel, Martín Vázquez, Manolo Sanchís y Miguel Pardeza emergieron como figuras clave, combinando talento, técnica y compromiso con el escudo. Aunque la Quinta alcanzó su apogeo bajo la presidencia de Ramón Mendoza, fue De Carlos quien les dio la oportunidad de despuntar, consolidando una filosofía de cantera que sigue siendo un sello distintivo del Real Madrid.
Juanito: El símbolo del madridismo.
Otro pilar de la era De Carlos fue Juan Gómez "Juanito", un jugador que encarnó como pocos el espíritu del Real Madrid. Con su garra, talento y pasión, Juanito se convirtió en un ídolo para la afición madridista. Su entrega en el campo y su conexión con el Santiago Bernabéu lo elevaron a la categoría de leyenda, a pesar de no haber ganado los títulos europeos que tanto anhelaba. De Carlos supo respaldar a jugadores como Juanito, que representaban los valores de lucha y compromiso que el presidente quería preservar.
Gestión institucional.
En el ámbito institucional, Luis de Carlos se destacó por su gestión prudente y su esfuerzo por modernizar el club sin perder su esencia. Mantuvo una política económica conservadora, enfocada en la sostenibilidad financiera, lo que permitió al Real Madrid mantenerse sólido en una época de cambios en el fútbol profesional. Además, fomentó la relación con la afición y los socios, fortaleciendo la identidad del club como una institución cercana a su gente. De Carlos también enfrentó retos significativos, como la creciente competencia de otros clubes y la presión de suceder a una figura tan carismática como Bernabéu. Su estilo sobrio y menos mediático contrastaba con el de su predecesor, pero su compromiso con el club nunca fue puesto en duda.
Final de su mandato.
En 1985, Luis de Carlos decidió dar un paso al lado, dejando la presidencia tras siete años de dedicación. Su salida se produjo en un contexto de necesidad de renovación, y Ramón Mendoza tomó el relevo, capitalizando el trabajo de De Carlos para llevar al Real Madrid a nuevos éxitos. La transición fue ordenada, y De Carlos dejó el club en una posición sólida, con una cantera prometedora y una base competitiva.
Legado.
Luis de Carlos no es recordado como el presidente más laureado del Real Madrid, pero su contribución fue esencial para mantener la grandeza del club en un periodo de transición. Su apuesta por la cantera, su apoyo a figuras como Juanito y su gestión estable permitieron al Real Madrid seguir siendo un referente en el fútbol mundial. La Quinta del Buitre, que comenzó a brillar bajo su mandato, se convirtió en un símbolo de su visión a largo plazo. De Carlos falleció en 1988, pero su legado perdura como un ejemplo de madridismo y compromiso con los valores del club.Resumen de títulos bajo su presidencia:
2 Ligas (1978-79, 1979-80)
2 Copas del Rey (1980, 1982)
1 Copa de la Liga (1985)
1 Supercopa de España (1982)
Luis de Carlos fue, en esencia, un puente entre la era dorada de Bernabéu y el resurgir del Real Madrid en los años 80, un presidente que supo mantener el rumbo en tiempos de cambio.


Antonio Ortega Gutiérrez (1936-1939, Presidente Interino del Real Madrid).
Antonio Ortega Gutiérrez (Rabé de las Calzadas, Burgos, 17 de enero de 1888 - Alicante, 15 de julio de 1939) fue un militar español y presidente interino del Madrid Foot-Ball Club (nombre del Real Madrid durante la Segunda República) entre 1936 y 1939, en el contexto de la Guerra Civil Española. Su figura, marcada por su compromiso republicano y su militancia comunista, ha sido ampliamente omitida en la historia oficial del club, pero su legado refleja una etapa de resistencia y esfuerzo por mantener viva la entidad en tiempos de conflicto.
Trayectoria militar y política.
Ortega inició su carrera militar en 1906, alcanzando el rango de teniente de Carabineros para 1936, cuando estalló la Guerra Civil. Estacionado en Irún, tuvo un papel destacado en la defensa de la ciudad fronteriza, liderando un grupo de carabineros y milicianos. El 6 de agosto de 1936 fue nombrado gobernador civil de Guipúzcoa, donde participó en los combates contra las tropas rebeldes en la Campaña de Guipúzcoa. Durante su mandato, ordenó represalias, como el fusilamiento de prisioneros en respuesta a bombardeos sobre San Sebastián.
Tras su actuación en el País Vasco, Ortega se trasladó a Madrid, donde asumió el mando de la Columna Vasca y, posteriormente, el cargo de director general de Seguridad bajo el gobierno de Juan Negrín, un nombramiento influido por el Partido Comunista de España (PCE), al que se había unido. En 1938, fue nombrado comandante del III Cuerpo de Ejército, desplegado en el frente del Centro. Durante el golpe de Casado en marzo de 1939, apoyó inicialmente a las fuerzas leales a Negrín, pero luego se ofreció como mediador, aunque fue destituido tras el triunfo del golpe.
Presidencia interina del Real Madrid.
Ortega asumió la presidencia interina del Madrid Foot-Ball Club tras suceder a Rafael Sánchez-Guerra y al comité presidido por Juan José Vallejo, en un periodo donde la guerra paralizó las competiciones deportivas. Su nombramiento, influido por el PCE y la Federación Cultural y Deportiva Obrera, respondió a la necesidad de mantener activo el club en un contexto de crisis.
A pesar de las dificultades, Ortega se destacó por su visión "romántica" del deporte, opuesta a su mercantilización. Organizó actividades para mantener viva la entidad, como el Trofeo del Ejército del Centro, donde jugadores y soldados compartieron camiseta, y eventos con las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) en 1937, que incluyeron desfiles militares y concursos deportivos. Intentó, sin éxito, que el equipo participara en la Liga Mediterránea, frustrado por la amenaza constante de las tropas franquistas. Ortega defendía un fútbol libre de intereses comerciales, anticipándose a ideas contrarias a la mercantilización del deporte.
Ejecución y olvido.
Tras la victoria franquista, Ortega intentó huir a Argelia desde Alicante, pero fue capturado el 13 de abril de 1939. Trasladado a los campos de concentración de Los Almendros y Albatera, y finalmente al castillo de Santa Bárbara, fue sometido a un consejo de guerra sumarísimo plagado de irregularidades. Condenado por "auxilio a la rebelión", fue ejecutado mediante garrote vil el 15 de julio de 1939, a los 51 años. En sus últimas horas, escribió una carta a su familia afirmando su inocencia: "Muero completamente tranquilo, porque soy inocente".
Legado y omisión.
La figura de Antonio Ortega ha sido prácticamente borrada de la historia oficial del Real Madrid. Su nombre no aparece en la lista de presidentes en la web del club ni en publicaciones oficiales, como los libros del centenario, pasando directamente de Rafael Sánchez-Guerra (1935-1936) a Adolfo Meléndez (1939). Algunos historiadores argumentan que esta omisión se debe a que no fue un presidente electo, mientras que otros, como Ramon Usall, señalan que su militancia republicana y comunista contradecía los valores conservadores de las élites asociadas al club.
Ortega también encabezó en 1937 un movimiento para abolir la tauromaquia, considerando que los toreros y las ganaderías estaban alineados con el bando nacional, lo que reforzó su marginación en la narrativa oficial del club. Su familia, exiliada en México, ha luchado por recuperar sus restos, que permanecen en una fosa común en Alicante, y por reivindicar su memoria.
Antonio Ortega Gutiérrez representa una figura olvidada pero significativa en la historia del Real Madrid, un militar y presidente que, en tiempos de guerra, defendió sus ideales republicanos y una visión pura del deporte, pagando el precio más alto por su compromiso.


Rafael Sánchez-Guerra: Un Presidente del Real Madrid Marcado por la Guerra Civil Española.
Rafael Sánchez-Guerra Sainz (Madrid, 28 de octubre de 1897 - Villava, 2 de abril de 1964) fue un político, periodista y presidente del Real Madrid entre 1935 y 1936, un período breve pero intenso, interrumpido por el estallido de la Guerra Civil Española. Su vida, ligada a la política, el periodismo y su pasión por el fútbol, refleja una época convulsa en la historia de España y del club blanco. Este artículo repasa su biografía, su legado en el Real Madrid y las circunstancias que llevaron a su exilio tras el conflicto bélico.
Orígenes y Formación.
Nacido en Madrid en 1897, Rafael Sánchez-Guerra era hijo del destacado político conservador José Sánchez-Guerra Martínez de Tejada, quien ocupó cargos relevantes durante el reinado de Alfonso XIII, incluyendo la presidencia del Consejo de Ministros. Rafael creció en un entorno privilegiado, estudiando en el prestigioso Colegio Nuestra Señora del Pilar y cursando Derecho en la Universidad de Madrid. Sin embargo, su verdadera vocación fue el periodismo, colaborando en medios como ABC, Blanco y Negro (donde escribió crónicas taurinas) y El País de La Habana.
Su vida también estuvo marcada por su experiencia militar. Durante la presidencia de su padre, se alistó como voluntario en las fuerzas regulares de África, donde combatió en la Guerra del Rif. En 1920, resultó herido y fue condecorado con la Medalla Militar por su valentía. A los 26 años, en 1923, fue elegido diputado a Cortes por Jaca, demostrando su temprana inclinación por la política.
Trayectoria Política y Compromiso Republicano.
A diferencia de su padre, monárquico convencido, Rafael evolucionó hacia posturas republicanas. En las elecciones municipales de 1931, que desencadenaron la caída de Alfonso XIII, fue candidato por la Conjunción Republicano-Socialista en Madrid, logrando ser el más votado en el distrito de Centro con 4.716 votos. El 14 de abril de 1931, proclamó la Segunda República Española y enarboló la bandera republicana en el Ministerio de Gobernación. Fue nombrado subsecretario del gobierno provisional y, más tarde, secretario general de la Presidencia de la República, cargo que ocupó hasta abril de 1936, cuando Niceto Alcalá-Zamora fue destituido como presidente.
Durante estos años, Rafael Sánchez-Guerra también destacó como escritor, publicando obras como Dictadura, indiferencia, República (1931), España republicana (1931) y Un año histórico (España, 1931) (1932), donde relató su participación en los eventos históricos de la época.
Presidencia del Real Madrid (1935-1936).
La relación de Rafael Sánchez-Guerra con el Real Madrid (entonces llamado Madrid C.F. durante la Segunda República, con un escudo sin corona y con una franja morada) comenzó mucho antes de su presidencia. Su padre, José Sánchez-Guerra, había sellado los primeros estatutos del club en 1902 como Gobernador Civil, lo que evidencia la conexión familiar con la institución. Rafael, apasionado del fútbol desde su infancia en el Colegio del Pilar, donde coincidió con jugadores como Muñagorri y René Petit, intentó presidir el club en 1933, pero no lo logró hasta el 31 de mayo de 1935, cuando derrotó a Santiago Bernabéu en las elecciones.
Durante su mandato, Sánchez-Guerra impulsó una gestión notable tanto en lo económico como en lo deportivo. Entre sus logros destaca la democratización del club, otorgando un voto a cada socio, y el aumento de la base social. Además, evitó la destrucción del Estadio de Chamartín, amenazada por el Plan Prieto, un proyecto urbanístico que pretendía asfaltar parte del estadio para extender La Castellana.
En el ámbito deportivo, su presidencia fue exitosa. El Real Madrid conquistó el Trofeo Mancomunado de 1935 y la Copa del Presidente de la República de Fútbol de 1936, venciendo al FC Barcelona por 2-1 en la final, uno de los mayores hitos de su gestión. Sin embargo, el estallido de la Guerra Civil Española en julio de 1936 truncó su mandato. En agosto de ese año, fue sustituido por un comité presidido por Juan José Vallejo, presidente de la Federación Deportiva Obrera, que cedió el Campo de Chamartín para la instrucción del Batallón Deportivo.
Guerra Civil y Exilio.
Con el inicio de la Guerra Civil (1936-1939), Rafael Sánchez-Guerra redujo su actividad política, limitándose a sus funciones como concejal del Ayuntamiento de Madrid. En 1938, fue movilizado como oficial de complemento en el ejército republicano, sirviendo como ayudante del coronel Segismundo Casado. A pesar de haber protegido a numerosos derechistas durante el conflicto, lo que le hizo confiar en un trato favorable al final de la guerra, fue detenido el 29 de marzo de 1939 en el Ministerio de Hacienda junto a Julián Besteiro y encarcelado en la prisión de Porlier.
En mayo de 1940, fue juzgado por el régimen franquista por “auxilio a la rebelión militar” y condenado a cadena perpetua, a pesar de que figuras como Gonzalo Queipo de Llano testificaron a su favor. Pasó 26 meses en prisiones como Madrid, Cuéllar y Puerto de Santa María, pero no cumplió la totalidad de la condena, ya que esta le fue conmutada, posiblemente gracias a la intervención de su primo, el general Antonio Barroso.
En 1946, Sánchez-Guerra huyó clandestinamente a Francia, escondido en el maletero de un coche y con la ayuda del servicio de inteligencia francés. En París, fue recibido por el gobierno de la Segunda República en el exilio, liderado por José Giral, que lo nombró ministro sin cartera en 1946-1947. Durante su exilio, retomó su carrera periodística, fundando la Agencia Prensa Intercontinental, y publicó Mis prisiones (1946), un relato de su experiencia en las cárceles franquistas.
Últimos Años y Legado.
Tras la muerte de su esposa, Rosario Moreno Luque, en 1959, Rafael Sánchez-Guerra decidió profesar como dominico, cumpliendo una promesa hecha a su esposa. Con la ayuda de su primo Antonio Barroso, entonces ministro del Ejército, regresó a España y se estableció en el Seminario de Dominicos de Villava, Navarra, donde falleció el 2 de abril de 1964.
La vida de Rafael Sánchez-Guerra es un reflejo de su compromiso con la democracia, el fútbol y la libertad. Su presidencia en el Real Madrid, aunque breve, dejó un legado de democratización y éxitos deportivos en un contexto político y social extremadamente difícil.


Pedro Parages y Gutiérrez de la Concha.
Nacido en Madrid en 1883, es una de las figuras más emblemáticas en los albores del Real Madrid, no solo por su rol como presidente del club entre 1916 y 1926, sino también por su trayectoria como jugador y su dedicación incansable a la institución. Su presidencia marcó un periodo crucial para la consolidación del Real Madrid como uno de los clubes más prestigiosos de España, dejando un legado que perdura hasta la actualidad.
Parages.
Se unió al Madrid Football Club (como se conocía entonces) en sus primeros años, destacando no solo como un apasionado del fútbol, sino también como un deportista activo. Como jugador, participó en los primeros partidos del club, contribuyendo a forjar la identidad de una institución que aún estaba en sus inicios. Su amor por el fútbol y su visión para el crecimiento del club lo llevaron a asumir roles de liderazgo, culminando en su elección como presidente en 1916.
Durante su mandato.
El Real Madrid experimentó un crecimiento significativo tanto en lo deportivo como en lo institucional. El hito más destacado de su presidencia ocurrió en 1920, cuando el rey Alfonso XIII otorgó al club el título honorífico de "Real", un reconocimiento que no solo elevó el estatus del equipo, sino que también reforzó su conexión con la monarquía y la sociedad española. Este acontecimiento marcó un punto de inflexión, consolidando al Real Madrid como una entidad de relevancia nacional.
Parages no solo se limitó a la gestión administrativa;
su liderazgo se caracterizó por una visión estratégica que permitió al club superar los desafíos de una época en la que el fútbol español aún estaba en proceso de profesionalización. Bajo su dirección, el Real Madrid fortaleció su estructura organizativa, fomentó la participación en competiciones regionales y nacionales, y sentó las bases para la creación de una afición fiel, que comenzaba a identificarse con los valores del club.
Además,
Parages tuvo un papel activo en el desarrollo del fútbol en España. Fue un defensor de la modernización del deporte y participó en iniciativas para promover su expansión, contribuyendo a la creación de un entorno competitivo más estructurado. Su trabajo no solo benefició al Real Madrid, sino que también ayudó a sentar las bases del fútbol profesional en el país.
Tras dejar la presidencia en 1926,
Pedro Parages continuó siendo una figura respetada en el ámbito deportivo. Su legado como uno de los pioneros del Real Madrid perdura, no solo por el título de "Real" otorgado durante su gestión, sino por su compromiso inquebrantable con los valores del club. Falleció en 1950, pero su contribución sigue siendo recordada como un pilar fundamental en la historia del Real Madrid, un club que, gracias a figuras como él, se convirtió en un símbolo de excelencia y tradición.


Adolfo Meléndez: Un pilar en la historia del Real Madrid.
Adolfo Meléndez es una figura clave en los albores del Real Madrid, un hombre cuya dedicación al club dejó una huella imborrable. Como presidente, jugador y directivo, su legado abarca múltiples facetas, contribuyendo al crecimiento de la entidad en momentos cruciales de su historia. Meléndez ocupó la presidencia del club en dos periodos no consecutivos: de 1908 a 1916 y, posteriormente, de 1939 a 1940. A continuación, exploramos su impacto en el Real Madrid y su papel en uno de los clubes más emblemáticos del fútbol mundial.
Primer periodo como presidente (1908-1916): Los cimientos del Real Madrid.
Adolfo Meléndez asumió la presidencia del Real Madrid en 1908, en una etapa temprana de la institución, fundada apenas seis años antes, en 1902. Este periodo fue fundamental para consolidar al club como una referencia en el fútbol español. Meléndez, que también había sido jugador, aportó su pasión y visión para fortalecer la estructura del equipo.Uno de los hitos más destacados de su primera etapa fue la inauguración del campo de O’Donnell en 1912. Este estadio marcó un antes y un después para el Real Madrid, ya que proporcionó un hogar estable para los partidos del equipo y permitió un mayor crecimiento de la afición. El campo de O’Donnell fue un símbolo del progreso del club, que comenzaba a ganar relevancia en el panorama futbolístico nacional. Bajo su liderazgo, el Real Madrid también empezó a competir con mayor regularidad, sentando las bases de lo que sería una trayectoria gloriosa.Durante este periodo, Meléndez combinó su rol de presidente con su experiencia como directivo, trabajando incansablemente para profesionalizar la gestión del club. Su dedicación ayudó a superar los retos de una época en la que el fútbol aún era un deporte en desarrollo en España.
Segundo periodo como presidente (1939-1940): Reconstrucción tras la Guerra Civil.
El segundo mandato de Adolfo Meléndez llegó en un contexto completamente diferente. Entre 1939 y 1940, tras la Guerra Civil Española, el Real Madrid atravesaba momentos de incertidumbre. El conflicto había devastado al país y al club, que enfrentaba dificultades económicas y estructurales. Meléndez, con su experiencia previa y su compromiso con la institución, asumió nuevamente la presidencia para liderar la reconstrucción.En esta etapa, su labor se centró en estabilizar al club y recuperar su actividad deportiva. Aunque su segundo mandato fue más breve, su liderazgo fue esencial para mantener viva la esencia del Real Madrid en un periodo de grandes adversidades. Su capacidad para adaptarse a las circunstancias y su amor por el club fueron fundamentales para que el Real Madrid pudiera seguir adelante.
Un hombre polifacético: Jugador, directivo y presidente.
Adolfo Meléndez no solo destacó como presidente, sino que también fue un personaje polifacético dentro del Real Madrid. Como jugador, formó parte de los primeros equipos del club, viviendo de primera mano los inicios del fútbol en Madrid. Su transición a roles directivos y, finalmente, a la presidencia, refleja su compromiso inquebrantable con la entidad. Su visión estratégica y su capacidad para liderar en momentos clave lo convirtieron en una figura respetada. Meléndez no solo fue testigo de la evolución del Real Madrid, sino que también fue un actor principal en su desarrollo, desde los modestos inicios hasta su consolidación como un club de referencia.
Legado de Adolfo Meléndez.
Adolfo Meléndez es recordado como uno de los pioneros del Real Madrid, un hombre que desempeñó múltiples roles y dejó una marca imborrable en la historia del club. La inauguración del campo de O’Donnell y su liderazgo en tiempos de crisis son solo algunos de los hitos que demuestran su importancia. Su dedicación al Real Madrid, tanto en el terreno de juego como en los despachos, lo convierten en un ejemplo de lealtad y pasión por los colores blancos.Hoy en día, el Real Madrid es un gigante mundial, y figuras como Adolfo Meléndez fueron esenciales para construir los cimientos de su grandeza. Su legado perdura en cada victoria, en cada título y en el espíritu inquebrantable de un club que nunca se rinde.


Carlos Padrós (1904-1908): El Arquitecto del Real Madrid y la Copa del Rey.
Carlos Padrós Rubió, nacido el 9 de noviembre de 1870 en Sarrià, Barcelona, y fallecido el 30 de diciembre de 1950 en Madrid, es una figura fundamental en la historia del fútbol español. Como tercer presidente del Real Madrid, entre enero de 1904 y 1908, y hermano de Juan Padrós, su predecesor en el cargo, Carlos no solo consolidó las bases del club, sino que también desempeñó un papel crucial en la creación de la Copa del Rey, sentando las bases para el crecimiento del fútbol en España.
Los Orígenes: De una Tienda en Madrid al Nacimiento del Real Madrid.
Carlos Padrós, junto con su hermano Juan, formaba parte de una familia catalana que se trasladó a Madrid en 1886 en busca de nuevas oportunidades comerciales. Los hermanos heredaron en 1901 el negocio familiar, una tienda textil en la calle Alcalá llamada Al Capricho (aunque algunas fuentes la refieren como El Encanto), que se convirtió en el epicentro de las primeras reuniones del Madrid Foot-Ball Club, precursor del Real Madrid. Apasionados por el fútbol, un deporte que comenzaba a ganar popularidad en España, los hermanos Padrós se unieron al Foot-ball Sky en 1897, pero en 1900, junto a Julián Palacios, fundaron el Madrid Foot-Ball Club. En 1902, el club se formalizó oficialmente con Juan Padrós como presidente, y Carlos asumió un rol clave como presidente de la Federación Madrileña de Foot-Ball.
La Creación de la Copa del Rey: Un Legado Nacional.
Uno de los mayores aportes de Carlos Padrós al fútbol español fue su iniciativa para crear un torneo nacional que promoviera la competencia entre clubes. En 1902, con motivo de la coronación del rey Alfonso XIII, Carlos propuso la Copa de la Coronación, un torneo precursor de la Copa del Rey. Gracias a su amistad con el monarca, logró que Alfonso XIII donara una copa de plata para el ganador, dando inicio a una de las competiciones más prestigiosas del fútbol español. Carlos no solo ideó el torneo, sino que también actuó como árbitro en la primera final de la Copa del Rey en 1903, en la que el Athletic Club derrotó al Madrid FC por 3-2. Aunque la Copa de la Coronación de 1902 no es reconocida oficialmente por la Real Federación Española de Fútbol, marcó el comienzo de una tradición que continúa hasta hoy.
Presidencia del Real Madrid: Éxito y Modernización.
En enero de 1904, Carlos Padrós asumió la presidencia del Real Madrid tras la gestión de su hermano Juan. Durante su mandato, el club vivió un período de éxitos deportivos y organizativos que lo consolidaron como una institución sólida. Bajo su liderazgo, el Real Madrid ganó la Copa del Rey en cuatro ediciones consecutivas entre 1905 y 1908, un récord que aún se mantiene como referencia en la historia del torneo. Estos títulos incluyeron victorias destacadas, como la de 1905 contra el Athletic Club (1-0, con gol de Manuel Prast), marcando el primer título nacional del club.Carlos Padrós no solo se enfocó en los logros deportivos, sino que también modernizó la estructura del club. Su visión incluyó la creación de una organización sólida tanto dentro como fuera del terreno de juego, sentando las bases para que el Real Madrid se convirtiera en una potencia futbolística. Además, en 1904, organizó el primer partido internacional del club contra el Gallia Club de París, campeón de Francia, que terminó en un empate 1-1. Este encuentro, celebrado en el Hipódromo de Madrid, fue un hito que reflejó la ambición de Padrós por llevar al Real Madrid a un escenario global.
Un Pionero del Fútbol Español.
Más allá de su labor en el Real Madrid, Carlos Padrós fue un impulsor clave del fútbol a nivel nacional e internacional. Como presidente de la Federación Madrileña de Foot-Ball, contribuyó a la fundación de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) en 1904, junto a representantes de España, Bélgica, Dinamarca, Francia, Países Bajos, Suecia y Suiza. Su dedicación al deporte fue incansable, invirtiendo tiempo y recursos personales para promover el fútbol en una época en la que aún era un deporte emergente en España.
Legado Político y Vida Posterior.
Carlos Padrós también tuvo una carrera política como miembro del Partido Liberal, siendo elegido diputado por Mataró en 1912. Sin embargo, sus posiciones políticas, opuestas al régimen franquista, hicieron que su muerte en 1950 pasara desapercibida, a pesar de su enorme contribución al fútbol español. En 1908, tras dejar la presidencia del Real Madrid, fue nombrado presidente honorario vitalicio del club, un reconocimiento a su impacto duradero.
Conclusión.
Carlos Padrós fue mucho más que un presidente del Real Madrid; fue un visionario que transformó el fútbol español. Su liderazgo llevó al Real Madrid a conquistar sus primeros títulos y a establecerse como un club de referencia. Además, su iniciativa para crear la Copa del Rey marcó un antes y un después en la historia del fútbol en España. Junto a su hermano Juan, los Padrós dejaron un legado imborrable que sigue vivo en cada partido del Real Madrid y en cada edición de la Copa del Rey.


Miguel Guijarro - Presidente Interino del Real Madrid (1903).
Miguel Guijarro ocupó la presidencia del Real Madrid de forma interina durante un breve periodo en 1903, tras la fusión del Madrid FC con el Internacional FC. Su mandato, aunque efímero, marcó una etapa de transición en los primeros años de la historia del club, que aún estaba consolidándose como una entidad deportiva.
Guijarro.
Asumió el cargo tras la presidencia de Juan Padrós, quien formalizó la fundación del club en 1902. La fusión con el Internacional FC, reportada en el periódico El Liberal el 5 de abril de 1903, trajo consigo una reestructuración de la directiva, en la que Guijarro fue nombrado presidente. Cabe destacar que en dicho medio aparece mencionado erróneamente como Miguel Quijano, un error que investigaciones posteriores han corregido. Junto a él, otros directivos provenientes del Internacional FC, como Eugenio Bisbal, Pío Wandosell y Romero de Tejada, también se integraron en la nueva estructura del Madrid FC.
Aunque su presidencia:
no está reconocida en todas las fuentes oficiales debido a su carácter interino y breve duración, estudios recientes, como los publicados por Cuadernos de Fútbol (CIHEFE), confirman que Guijarro fue el tercer presidente en la historia del Real Madrid, ejerciendo el cargo entre marzo y octubre de 1903, antes de que Carlos Padrós asumiera la presidencia. Su papel fue clave para estabilizar al club durante este periodo de transición, sentando las bases para su posterior crecimiento.
La presidencia de:
Miguel Guijarro, aunque poco documentada, representa un eslabón fundamental en los orígenes del Real Madrid, un club que, en aquellos años, aún era un proyecto amateur en proceso de consolidación. Su contribución, aunque breve, ayudó a mantener la continuidad del club en un momento de cambios estructurales significativos.


Julián Palacios: El Pionero del Real Madrid.
Julián Palacios (1880-1947) es reconocido como el primer presidente del Real Madrid, una figura clave en los albores de uno de los clubes más icónicos del fútbol mundial. Aunque su presidencia se sitúa en la etapa embrionaria del club, entre 1900 y 1902, su visión y liderazgo sentaron las bases para la fundación oficial del Madrid Foot-Ball Club en marzo de 1902.
En un contexto donde el fútbol comenzaba a ganar popularidad en España,
Palacios, un joven entusiasta de este deporte, desempeñó un papel fundamental al reunir a un grupo de aficionados y jugadores en Madrid para formar un equipo que representara a la ciudad. Su iniciativa fue crucial para organizar los primeros partidos y establecer una estructura inicial que daría vida al club. Bajo su dirección, se sentaron los cimientos de lo que sería el Real Madrid, un club que, aunque en sus inicios era modesto, estaba destinado a convertirse en una institución legendaria.
Palacios, conocido por su carisma y pasión,
no solo lideró la creación del Madrid Foot-Ball Club, sino que también participó activamente como jugador en los primeros encuentros amistosos. Su labor fue esencial para consolidar una identidad que perdura hasta hoy, marcada por la ambición y el espíritu competitivo. En 1902, tras la fundación oficial del club, cedió la presidencia a Juan Padrós, pero su legado como pionero permanece imborrable en la historia madridista.
Julián Palacios,
no solo fue el primer líder del Real Madrid, sino también un visionario que soñó con un club que trascendería fronteras. Su contribución en los albores del siglo XX es un testimonio del espíritu fundacional que aún impulsa al Real Madrid hacia la grandeza.


Luis Usera Bugallal: El abogado que dirigió al Madrid en la República.
Luis Usera Bugallal (Talavera de la Reina, 8 de julio de 1890 – Madrid, 7 de agosto de 1958) fue un destacado abogado, empresario y político español de origen gallego que asumió la presidencia del Real Madrid entre 1930 y 1935, un período marcado por los desafíos políticos y sociales de la Segunda República Española (1931-1936). Su mandato, que abarcó un momento de incertidumbre para el deporte y el país, se distinguió por una gestión visionaria que consolidó al club como uno de los más competitivos de España, sentando las bases de su grandeza futura.
Nacido en una familia con raíces aristocráticas y políticas.
Hijo del juez Víctor Usera y de Luisa Bugallal y Araújo, Usera estaba emparentado con figuras influyentes como Gabino Bugallal, expresidente del gobierno español. Su formación como jurista lo llevó a ocupar cargos relevantes, como diputado por Xinzo de Limia (1918-1923) y subsecretario de Gracia y Justicia en 1921. Casado con su prima Matilde Bugallal y Rodríguez-Fajardo, III condesa de Bugallal, no tuvo descendencia.
Usera asumió la presidencia del Real Madrid en 1930.
Tras la renuncia de Antonio Bernabéu por incompatibilidad reglamentaria, tras haber sido nombrado presidente de la Federación Española de Fútbol. Su llegada al club coincidió con un contexto político turbulento tras la caída de la monarquía de Alfonso XIII y la instauración de la Segunda República, un período de tensiones que también afectaron al fútbol. A pesar de ello, Usera apostó por una filosofía clara: “Un buen equipo es igual a buenas recaudaciones”. Su estrategia se centró en reforzar el plantel con fichajes estelares y en fortalecer la cantera, lo que permitió al Real Madrid alcanzar un nivel de excelencia deportiva.
Entre sus logros más destacados está la contratación de jugadores legendarios como Ricardo Zamora.
Considerado el mejor portero de la época, por 150.000 pesetas, junto a Ciriaco Errasti, Jacinto Quincoces y Pepe Samitier, uno de los mejores futbolistas españoles de todos los tiempos. Estos refuerzos formaron una defensa prácticamente infranqueable y un equipo competitivo que marcó una época. Bajo su presidencia, el Real Madrid logró hitos históricos: conquistó las dos primeras ligas de su historia en las temporadas 1931-32 (invicto) y 1932-33, proclamándose campeón en el estadio del Barcelona en la primera de ellas. Además, el club ganó una Copa de España (1934), dos Campeonatos Regionales y cinco Campeonatos Mancomunados, consolidando su dominio en el fútbol español.
Usera no solo se destacó por su visión deportiva.
Sino también por su capacidad para mantener la estabilidad del club en un entorno políticamente convulso. Su gestión profesionalizó aspectos clave de la institución, fortaleciendo su estructura y prestigio. En 1935, tras cinco años de éxitos, dejó la presidencia, pero su legado perduró como uno de los cimientos del Real Madrid moderno.
Luis Usera Bugallal es recordado como el presidente que, en tiempos de incertidumbre republicana, transformó al Real Madrid en un equipo ganador, demostrando que el talento y la ambición podían superar cualquier adversidad. Su etapa marcó el inicio de una era dorada para el club, que comenzaba a forjar su identidad como una de las instituciones deportivas más grandes del mundo


Antonio Santos Peralba: El presidente breve de la posguerra.
Antonio Santos Peralba (Gondomar, 1 de noviembre de 1885 – 17 de agosto de 1978) fue el décimo presidente del Real Madrid, liderando el club entre el 27 de noviembre de 1940 y el 11 de septiembre de 1943. Su mandato, aunque breve, resultó fundamental en un periodo crítico para el club y el país, marcado por las secuelas de la Guerra Civil Española (1936-1939). En un contexto de limitaciones políticas, deportivas y económicas, Santos Peralba asumió la difícil tarea de estabilizar y reconstruir las bases de lo que más tarde se consolidaría como el mejor club del mundo.
Santos Peralba, ingeniero de caminos, canales y puertos de profesión.
Era socio del Real Madrid desde 1920 y había ocupado diversos cargos en directivas previas, lo que le otorgaba un profundo conocimiento del club. Su presidencia comenzó en un momento de gran adversidad: la plantilla carecía de jugadores de calidad, ya que las grandes figuras de 1936 se habían retirado, estaban a punto de hacerlo o se encontraban en el exilio. A pesar de estas dificultades, Santos Peralba logró dotar al club de estabilidad institucional durante sus tres años al mando, sentando las bases para la futura grandeza del Real Madrid.
Su gestión, sin embargo, estuvo marcada por un episodio controvertido que precipitó su salida.
En 1943, durante las semifinales de la Copa del Generalísimo (actual Copa del Rey), se enfrentaron Real Madrid y FC Barcelona en una eliminatoria cargada de tensión. En el partido de ida, disputado en Les Corts, el Real Madrid perdió 3-0 en un ambiente hostil. En el encuentro de vuelta en Chamartín, los blancos lograron una histórica goleada de 11-1. Este resultado, envuelto en polémica y presiones políticas y deportivas, llevó a la dimisión de Santos Peralba el 6 de agosto de 1943, junto con su homólogo del Barcelona, Enrique Piñeyro, debido a la intervención del régimen franquista, que buscaba apaciguar las tensiones entre ambos clubes.
Fuera del ambito deportivo.
Santos Peralba destacó por su labor como ingeniero, contribuyendo al desarrollo de infraestructuras en el municipio de Sober (Lugo), donde fue nombrado hijo adoptivo en 1951 por su papel en la construcción de la carretera entre Canaval y Rosende y en la electrificación de varias parroquias. Su vínculo con esta región se fortaleció tras su matrimonio con María Neira, hija de una familia notable de Rosende.
Antonio Santos Peralba dejó un legado de resiliencia en el Real Madrid.
Guiando al club a través de uno de los momentos más complicados de su historia. Aunque su presidencia fue breve, su compromiso con la institución y su capacidad para mantenerla a flote en tiempos de crisis lo convierten en una figura clave en la historia madridista. Tras su dimisión, cedió el testigo a Santiago Bernabéu, quien llevaría al club a nuevas alturas. Hasta su fallecimiento en 1978, Santos Peralba mantuvo un profundo cariño por el Real Madrid, aunque, según vecinos de Rosende, evitaba escuchar los partidos por radio debido a la intensidad con la que vivía los encuentros.


Luis de Urquijo: El aristócrata que presidió en tiempos convulsos:
Luis de Urquijo y Landecho, II Marqués de Bolarque (Madrid, 28 de enero de 1899 – 7 de julio de 1975), fue una figura clave en la historia del Real Madrid, liderando el club como su sexto presidente entre el 16 de mayo de 1926 y 1930. Su mandato coincidió con un periodo de profundas transformaciones tanto en el fútbol español como en el panorama político de España, marcado por el declive de la monarquía de Alfonso XIII y los albores de la Segunda República. Aristócrata, diplomático y banquero, Urquijo dejó una huella imborrable en el club al sentar las bases económicas y deportivas para su grandeza futura.
Nacido en una familia de la alta sociedad madrileña.
Luis de Urquijo combinó su perfil de financiero con una visión progresista para el fútbol. Durante su presidencia, el Real Madrid transitó del amateurismo al profesionalismo, un cambio crucial en el primer cuarto del siglo XX. Con su experiencia en el mundo de las finanzas, Urquijo priorizó la independencia económica del club, liberándolo de cargas financieras que amenazaban su estabilidad. Una de sus primeras medidas fue revisar el contrato de alquiler del terreno del estadio de Chamartín, formalizando su compra para evitar pagos de intereses y consolidar un hogar permanente para el equipo, que más tarde evolucionaría al emblemático Santiago Bernabéu.
Urquijo fue un pionero en la profesionalización del club.
Siendo el primero en invertir en fichajes destacados. Bajo su dirección, se firmaron los primeros contratos profesionales del Real Madrid, trayendo a jugadores como Miguel Álvarez García “Miguelón” y José María Peña Saralegui, quienes fortalecieron la plantilla en una etapa de creciente competencia. Su filosofía combinaba talento puro, psicología deportiva y una actitud optimista, siempre con una sonrisa que reflejaba su pasión por el fútbol.
Uno de los hitos más destacados de su gestión fue la gira del Real Madrid por América en 1927.
Un evento sin precedentes que llevó el fútbol español al escenario internacional. Con Santiago Bernabéu liderando la expedición, el equipo partió desde Barcelona hacia Argentina, culminando su viaje en Nueva York, donde los merengues conquistaron la Copa de Plata. Esta aventura no solo promovió el fútbol español, sino que también elevó el prestigio del Real Madrid en un momento en que el deporte comenzaba a globalizarse.
El mandato de Urquijo se desarrolló en un contexto político turbulento.
Con la dictadura de Primo de Rivera y la inestabilidad que precedió al fin de la monarquía en 1931. A pesar de estos desafíos, su liderazgo mantuvo al club en una senda de crecimiento, demostrando su capacidad para adaptarse a los tiempos convulsos. Tras dejar la presidencia en 1930, Urquijo continuó su carrera como diplomático, sirviendo como embajador de España en Alemania Occidental entre 1959 y 1964, y dejó un legado de estabilidad y visión que permitió al Real Madrid florecer en las décadas siguientes.
Luis de Urquijo.
No solo fue un aristócrata de alta alcurnia, sino un presidente visionario que supo navegar los retos de su época para fortalecer al Real Madrid. Su contribución, marcada por la modernización y la ambición global, sigue siendo un pilar en la historia del club. ¡Un auténtico merengue que llevó la blanca pasión a nuevos horizontes!


Ramón Mendoza: Carisma, poder y fútbol en los años 90
El presidente que trajo modernidad y personalidad al palco blanco
En una época marcada por la transformación del fútbol en espectáculo global, Ramón Mendoza Fontela supo encarnar como pocos la mezcla de tradición, ambición y carisma que el Real Madrid necesitaba. Con una personalidad arrolladora, verbo afilado y una visión empresarial sin complejos, Mendoza dirigió al club entre 1985 y 1995, en una década de luces y sombras que dejó huella en la historia merengue.
✦ De empresario influyente a presidente blanco
Nacido en Madrid el 18 de abril de 1927, Mendoza fue un hombre hecho a sí mismo. Abogado, empresario del sector naval y financiero, y figura bien relacionada en los círculos del poder político y social, llegó al Real Madrid primero como directivo en los años 70.
Pero su gran salto llegó el 24 de mayo de 1985, cuando fue elegido presidente tras la dimisión de Luis de Carlos. Su llegada al sillón presidencial coincidió con el despertar de una nueva era: la del fútbol negocio, la de la televisión, los fichajes sonoros y el márketing emergente.
✦ La Quinta del Buitre y los años de oro
Bajo su mandato, brilló con fuerza La Quinta del Buitre. Jugadores como Butragueño, Sanchís, Míchel, Martín Vázquez y Pardeza llevaron al club a conquistar cinco Ligas consecutivas (1986–1990), dos Copas de la UEFA, una Copa del Rey y varias Supercopas.
Aquel Real Madrid combinaba elegancia, identidad de cantera y ambición, y llenó de orgullo a la afición blanca.
Mendoza supo potenciar esta identidad, apostando por una imagen moderna del club y estableciendo la figura del presidente como un gestor carismático y mediático.
✦ El ‘fichaje galáctico’ antes de los galácticos
Ramón Mendoza fue también pionero en los grandes fichajes internacionales: trajo al danés Michael Laudrup, al chileno Iván Zamorano, al brasileño Ronaldo (aunque no llegó a debutar en su etapa) y, sobre todo, al búlgaro Hristo Stoichkov… aunque finalmente firmó con el Barça, en una de las historias más polémicas de la época.
Su etapa también estuvo marcada por rivalidades encendidas, especialmente con el F.C. Barcelona de Johan Cruyff, en los años del Dream Team.
✦ Carisma, polémica y una salida amarga
Mendoza era un presidente que nunca pasaba desapercibido. Firme en sus declaraciones, siempre al frente de la batalla mediática, y con una oratoria implacable, conectó con una afición que necesitaba referentes en el palco.
Sin embargo, los problemas económicos, las deudas acumuladas y una gestión discutida en sus últimos años provocaron su dimisión en noviembre de 1995. Fue sustituido por Lorenzo Sanz.
✦ Epílogo: una figura irrepetible
Ramón Mendoza falleció el 4 de abril de 2001, pero su legado sigue vivo. Fue el primer presidente moderno del Real Madrid. El que entendió que el club no solo debía ganar, sino brillar, atraer y dominar también fuera del campo.
Su presidencia fue la antesala del siglo XXI. Fue puente entre la tradición y la globalización, entre la cantera y los fichajes millonarios, entre el palco señorial y el poder mediático.
Mendoza fue fútbol. Mendoza fue Real Madrid.


Santiago Bernabéu: El presidente eterno que lo cambió todo
Jugador, dirigente, visionario. El alma blanca que hizo del Madrid una religión
Si el escudo del Real Madrid tiene hoy un brillo que trasciende fronteras y épocas, se debe en gran parte a un hombre que entregó su vida al club. Hablar de Santiago Bernabéu de Yeste es hablar del arquitecto de una era, del forjador de una identidad, del padre espiritual del club más laureado del mundo.
✦ De futbolista a dirigente
Nacido en Almansa (Albacete), el 8 de junio de 1895, Bernabéu llegó a Madrid en su infancia. Ingresó al club con apenas 16 años y pronto se convirtió en delantero del primer equipo. Disputó su primer partido oficial en 1912. Durante 16 temporadas vistió la camiseta blanca, marcando más de un centenar de goles. Fue capitán, referente y ejemplo de señorío.
Tras colgar las botas, jamás se alejó del club. Fue entrenador, delegado, secretario, directivo… siempre al servicio del escudo. En los años de la Guerra Civil, el club casi desaparece, pero Bernabéu fue uno de los que luchó por reconstruirlo desde los escombros.
✦ 1943: El inicio de la leyenda presidencial
En 1943, fue nombrado presidente del Real Madrid. Y desde entonces, nada volvió a ser igual. Tenía claro que el club necesitaba mucho más que un buen equipo: necesitaba estructura, ambición y visión.
Bajo su mandato se construyó:
El Estadio Santiago Bernabéu (inaugurado en 1947), el más grande de Europa en su época.
La Ciudad Deportiva (1963), pionera en el entrenamiento profesional.
La red de captación y organización que transformó al club en una institución deportiva y social de primer nivel.
✦ El equipo que cambió el fútbol
Pero su gran hazaña fue formar el equipo de los 50. Con el fichaje de Alfredo Di Stéfano, y luego Puskás, Gento, Kopa y compañía, el Madrid de Bernabéu ganó las cinco primeras Copas de Europa consecutivas (1956–1960), dominando el continente con un juego espectacular y efectivo.
Durante su presidencia se ganaron:
16 Ligas
6 Copas de Europa
6 Copas del Rey
1 Copa Intercontinental
2 Copas Latinas
Y sobre todo, se construyó una forma de entender el fútbol y la vida.
✦ Un hombre de principios
Bernabéu no era un dirigente cualquiera. Era austero, directo y firme. Mantenía el respeto como norma suprema, tanto dentro como fuera del campo. Su despacho siempre estuvo abierto a jugadores, empleados y socios.
Nunca buscó fama, pero fue reconocido como el presidente más influyente del siglo XX. Sus decisiones, su temple y su visión marcaron no solo al club, sino al fútbol europeo.
✦ El final del camino y el inicio del mito
Falleció el 2 de junio de 1978, tras 35 años al frente del club, en plena presidencia. La FIFA decretó tres días de luto. Durante el Mundial de Argentina, se guardó un minuto de silencio en su honor antes de cada partido. El mundo entero reconoció su figura.
El estadio pasó a llevar su nombre, pero su legado no se limita a una placa o a una fachada. Está en cada niño que sueña con jugar en el Madrid. En cada Copa levantada. En cada grito del Bernabéu cuando el equipo se lanza al ataque.
Epílogo: Su obra no terminó. Vive en cada madridista.
Santiago Bernabéu no dirigió un club. Lo fundó de nuevo.
Le dio cuerpo, alma, filosofía.
Y por eso, cada vez que se menciona al Real Madrid, su sombra elegante y severa sigue ahí, vigilante.
El presidente eterno.
El que lo cambió todo.


Juan Padrós: El comerciante catalán que fundó una leyenda
Un visionario de telas y sueños
En los albores del siglo XX, cuando Madrid aún caminaba a paso lento entre cafés, tertulias y tranvías de mulas, un hombre sencillo, discreto, pero resuelto, comenzó a tejer los hilos de lo que hoy es el club más grande de la historia del fútbol. Su nombre: Juan Padrós Rubió. Su oficio: comerciante textil. Su legado: eterno.
✦ De Mataró a Madrid
Nacido en Mataró (Barcelona) en 1869, Juan Padrós se trasladó a Madrid con su familia en su juventud. Junto a su hermano Carlos, fundó una tienda de tejidos en la calle Alcalá, conocida como "Al Capricho". Entre telas, botones y clientes distinguidos, Juan soñaba con algo nuevo, algo revolucionario: el fútbol.
Por entonces, el balompié era aún una rareza británica, practicado en pequeños círculos de expatriados, estudiantes y aristócratas. Pero Padrós, hombre de mundo y de mirada inquieta, vio en ese juego algo más que entretenimiento. Vio una posibilidad de construir identidad, comunidad y pasión.
✦ La fundación del Madrid Foot-Ball Club
El 6 de marzo de 1902, en una reunión celebrada en la trastienda de su tienda, Juan Padrós impulsó la fundación oficial del Madrid Foot-Ball Club. Fue nombrado primer presidente y asumió la tarea de dar forma y estructura a un club que hasta entonces existía de forma desorganizada, heredero directo del disuelto Sky Football Club.
En aquellos tiempos no había estadio, ni escudo, ni ligas. Solo un grupo de caballeros, una pelota de cuero y un firme deseo de organizar el deporte con espíritu competitivo y elegante. Juan estableció normas, reglamentos, juntas directivas y relaciones institucionales. Creó, literalmente, el molde.
✦ Un presidente de acción
Padrós no fue una figura decorativa. Durante su presidencia:
Inscribió legalmente al club.
Promovió el primer torneo oficial: la Copa de la Coronación (1902), precursora de la Copa del Rey.
Defendió el uso del color blanco como símbolo de deportividad.
Estableció el modelo de club abierto y participativo que todavía hoy perdura.
Bajo su dirección, el Madrid comenzó a forjar una identidad propia: caballerosidad en el campo, ambición fuera de él.
✦ Un legado silencioso
En 1904, dejó la presidencia en manos de su hermano Carlos, también activo en los primeros años del club. Juan volvió a su discreta vida de comerciante, sin aspavientos ni homenajes. Nunca buscó protagonismo, ni cargos honoríficos. Y, sin embargo, fue él quien encendió la chispa.
Murió en 1932, lejos del ruido que el Madrid ya comenzaba a generar en España y Europa. Pero su nombre quedó grabado en los registros, en las actas, y sobre todo en la historia.
Porque todo imperio necesita un fundador. Y el del Real Madrid lo tuvo en un catalán prudente, apasionado, que cambió la historia sin imaginarlo.
✦ Epílogo: El primer paso hacia la eternidad
Hoy, más de 120 años después, cuando millones de madridistas celebran goles y títulos, cuando el mundo entero reconoce el escudo blanco como sinónimo de excelencia, pocos recuerdan el nombre de Juan Padrós.
Pero cada vez que rueda el balón en el Santiago Bernabéu, cada vez que un niño se pone la camiseta blanca por primera vez, su obra vive.
Porque Juan Padrós no sólo fundó un club.
Fundó una pasión que no se explica, se vive.


Presidentes del Real Madrid
De Juan Padrós a Florentino Pérez: Custodios de una leyenda
En la vasta historia del Real Madrid Club de Fútbol, tejida con gloria, sudor y grandeza, hay nombres que no chutaron el balón ni marcaron goles, pero sin los cuales el escudo blanco jamás habría llegado tan lejos. Son los presidentes, los guardianes del ideal, los arquitectos silenciosos del destino merengue.
Juan Padrós (1902–1904): El pionero
Todo comenzó con él. Don Juan Padrós, comerciante catalán afincado en Madrid, fue el fundador y primer presidente del Madrid Foot-Ball Club. Hombre visionario, organizó en 1902 la Copa de la Coronación —precursora de la Copa del Rey— y dotó al club de un espíritu noble y deportivo. Su mandato fue breve, pero dejó sembrada la semilla inmortal.
Carlos Padrós, Adolfo Meléndez, Pedro Parages… (1904–1926): Los constructores
En las primeras décadas del siglo XX, figuras como Carlos Padrós, Adolfo Meléndez y Pedro Parages tomaron el relevo. Bajo su dirección, el club se estructuró, participó en las primeras competiciones oficiales y estrenó su primer campo propio en O'Donnell. En 1920, el Rey Alfonso XIII otorgó al club el título de “Real”, gesto que elevó la entidad a la categoría de símbolo nacional.
Luis de Urquijo y Luis Usera (1926–1936): El Madrid aristocrático
En los años convulsos de entreguerras, el Madrid vivió una etapa de consolidación institucional. Los presidentes de esta era, muchos de ellos de abolengo, mantuvieron la estabilidad del club, aunque los laureles deportivos aún eran esquivos. La pasión, sin embargo, no menguaba.
Antonio Santos y Rafael Sánchez-Guerra (1936–1943): Tiempos de sombra
Durante la Guerra Civil Española, el club pasó por momentos inciertos. Fue una etapa marcada por la supervivencia más que por el esplendor. Sánchez-Guerra fue elegido en 1935, pero la guerra lo forzó al exilio. El club, pese a las bombas, no cerró jamás sus puertas.
Santiago Bernabéu (1943–1978): El arquitecto de la eternidad
Y entonces llegó él, el hombre que dio forma al mito: Don Santiago Bernabéu de Yeste. Su presidencia, de casi 35 años, transformó al Real Madrid en una potencia mundial. Construyó el estadio que hoy lleva su nombre, fundó la Ciudad Deportiva, y fue el artífice de la llegada de Di Stéfano, Gento, Puskás, Kopa y tantos otros. Ganó 6 Copas de Europa y sentó las bases del Madrid universal.
Bernabéu no fue solo un presidente. Fue un patriarca. Un símbolo. El alma del club durante más de tres décadas. Cuando falleció en 1978, se marchó el padre del madridismo moderno.
Luis de Carlos y Ramón Mendoza (1978–1995): Transición y esplendor
Tras la muerte de Bernabéu, Luis de Carlos tomó el testigo con discreción y firmeza, guiando al club en tiempos democráticos. Luego llegaría el carismático Ramón Mendoza, bajo cuyo mandato florecieron los 80 con la “Quinta del Buitre” y grandes noches europeas. Aunque no todo fue gloria, el club conservó su estirpe competitiva.
Lorenzo Sanz (1995–2000): El retorno europeo
Con Lorenzo Sanz volvió la Copa de Europa. En 1998 y 2000, el Real Madrid reconquistó el trono continental tras más de tres décadas de sequía. Fue un mandato breve, pero vital para reactivar la leyenda.
Florentino Pérez (2000–2006 / 2009–presente): El presidente del siglo XXI
Y entonces llegó el hombre de la modernidad, el gestor que uniría negocio y gloria, el creador de los Galácticos y del Real Madrid global: Florentino Pérez Rodríguez.
Su primer mandato (2000–2006) trajo a Figo, Zidane, Ronaldo, Beckham y un modelo de club autosuficiente, convertido en referente mundial. Tras un breve paréntesis, regresó en 2009 para iniciar su segunda y más gloriosa etapa.
Bajo su liderazgo, el club ha vivido su mayor edad de oro moderna:
6 Ligas,
6 Copas de Europa (2002, 2014, 2016, 2017, 2018, 2022, y la histórica 15ª en 2024),
y una gestión impecable con la renovación integral del estadio, el fichaje de jóvenes prodigios y una solvencia institucional envidiada por el mundo entero.
Florentino no es solo un presidente. Es el Bernabéu del siglo XXI. Un pilar que ha sabido unir pasado, presente y futuro bajo un mismo escudo.
Epílogo: La corona permanece
Desde Juan Padrós hasta Florentino Pérez, el Real Madrid ha sido guiado por hombres de distintos orígenes, estilos y épocas. Pero todos ellos, a su modo, han servido a una causa mayor: la defensa del blanco sagrado, la búsqueda incansable de la excelencia y el respeto a una historia sin igual.
Porque ser presidente del Real Madrid no es ejercer un cargo.
Es asumir un legado. Custodiar una corona. Y velar por la eternidad de un sentimiento que nunca muere.